El cerebro se resiste al cambio.

EL CEREBRO ES RESISTENTE A LOS CAMBIOS

En los procesos de cambio uno de los objetivos es modificar actitudes.

La mayoría de nosotros encuentran dificultades para realizar  tanto cambios personales como profesionales. Por lo que es importante conocer los mecanismos cerebrales que se ponen en marcha en ellos y las resistencias que aparecen con sólo pensar en cambiar.

Uno de los hallazgos de gran importancia tiene que ver con el papel que juega la memoria en los cambios, ya que el pensamiento tiende a comparar la información nueva con la que ya tenemos conocida y aprendida.

Debemos pensar que tenemos que salir de nuestra zona aprendida y cómoda para poder conocer,aprender nuevas cosa es un esfuerzo pero esto es lo que nos hace individuos pensantes,inteligentes y nos diferencia de los animales.

 Existen mejoras formas de vivir que la resistencia infinita a lo nuevo.

Idealizar el pasado es una de nuestras costumbres, fruto de una tendencia a olvidar lo negativo y seleccionar únicamente recuerdos positivos o viceversa y seguimos enquistados en un pasado hermoso o terrible para algunos,hay que resetearlos vivir el presente afrontar las cosas que vienen buenas o malas todas nos dejan una enseñanza.

Idealizar el pasado es una de nuestras costumbres, fruto de una tendencia a olvidar lo negativo y seleccionar únicamente recuerdos positivos y también lo negativo no podemos estacionarnos en un momento de nuestra vida tenemos que continuar seguir aprendiendo.

La memoria no es fidedigna, ya que cambia de forma constante. De hecho, los recuerdos tienen un período sensible en el que pueden ser modificados en relación a los nuevos acontecimientos. 

 Nuestro cerebro está prefabricado para que nos den miedo los cambios, ya sean buenos o malos. Es decir, al cerebro le gusta ahorrar y sentirse seguro, de ahí que un cambio le suponga salir de esa zona de confort y experimentar temor y miedo. 

Por otro lado, el exceso de adrenalina que generamos para poder afrontar cualquier cambio, el cerebro puede confundirlo con sensaciones parecidas a la inseguridad y desconfianza o el peligro. Aunque en realidad esta activación nos ayuda a sobrellevar mejor las nuevas situaciones. Por lo tanto, todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía.